Nietzsche y sus ultimos días / The lastes days of Nietzsche
Análisis
Nietzsche es contrario a todo tipo de razón lógica y científica, y por ello lleva a cabo una crítica feroz a la razón especulativa y a toda la cultura occidental en todas sus manifestaciones: Religión, Moral, Filosofía, Ciencia, Arte...
La genealogía de la moral pretende responder a las preguntas que él mismo se plantea en el prólogo de la obra: ¿En qué condiciones se inventó el hombre esos juicios de valor que son las palabras bueno y malvado? ¿Y qué valor tienen ellos mismos? ¿Han frenado o han estimulado hasta ahora el desarrollo? ¿Son signo de indigencia, de empobrecimiento, de degeneración de la vida?
Es notable en esta obra su carácter sistemático, ya que Nietzsche suele escribir en forma de aforismos breves, poéticos, metafóricos y nada organizados, dado su rechazo del pensamiento conceptual, incapaz de captar la realidad que es incesante devenir.
Nietzsche distingue dos clases: la de los señores y la de los esclavos. La clase de los señores a su vez está compuesta de dos castas: la guerrera y la sacerdotal, las cuales valoran aristocrática o sacerdotalmente. Así, la segunda deriva de la primera y se convierte en su antítesis, pues ambas parten de presupuestos distintos: la casta de los guerreros practica las virtudes del cuerpo; la casta sacerdotal se define por la impotencia e inventa el espíritu.
Ambas castas son rivales. De esa rivalidad se da el salto de una moral de señores a una moral de esclavos, ya que los sacerdotes moviliza a los esclavos (débiles, enfermos) contra los guerreros (clase dominante). Esa movilización es posible invirtiendo los valores aristocráticos, creando una moral de esclavos (con los judíos comienza la moral de los esclavos) heredada y asumida por el cristianismo. Solo así el sacerdote triunfa sobre el guerrero.
Primer tratado
El Primero, “Bueno y Malo”. Bueno y malvado, es una psicología del cristianismo, donde hace un análisis del surgir del espíritu del resentimiento contra los valores naturales o nobles. Este análisis es un primer paso para llegar a la transvaloración de todos los valores.
Segundo tratado
El Segundo tratado es una psicología de la conciencia: "culpa", "mala conciencia", etc. El ateísmo consiste en no tener deudas con los dioses: en una segunda inocencia. La crueldad aparece como uno de los más antiguos trasfondos de la cultura.
El Tercer tratado es una psicología del sacerdote: ¿Qué significan los ideales ascéticos? El ascetismo es una crueldad consigo mismo y con los demás. Hasta ahora no ha habido en la tierra más que un ideal ascético. Pero ahora hay un nuevo ideal: El Superhombre.
En estos tres tratados encontramos parte de las claves que recorren toda su filosofía: valoración, crítica y genealogía de los valores.
Es un buceo en el ser del hombre como ser histórico. Investiga la evolución de los conceptos morales desenmascarando todo lo existente, descubriendo que el hombre no es más que un ser instintivo siendo negado el significado de lo trascendente. La esencia del método es explicar todo por su contrario, mostrando así su verdadera realidad.
Nietzsche recurre a la genealogía de los conceptos y a la etimología de las palabras: saber qué significan las palabras y conocer la historia de su evolución es la única forma de penetrar en la fuente de donde brota la moral, los valores.
Dos conceptos de "valoración" diferentes: la valoración aristocrática: Bueno y Malo. La valoración sacerdotal, cuyos máximos representantes son los judíos, lleva a cabo, desde su impotencia y resentimiento, una transvaloración: Bueno (lo que antes era malo) y malvado (lo que antes era bueno).
Voluntad y poder no pueden separarse. La voluntad de poder es un querer dominar, un querer afirmarse y superarse. Fortaleza y exteriorización de la fortaleza son una y la misma cosa, pero la moral del resentimiento dice que el fuerte es libre de exteriorizar su fuerza o no. Y cuando la exterioriza es un "malvado".
También afirma que los débiles han elegido su debilidad: así ocultan su impotencia con la máscara del mérito. De este modo, culminan la falsificación, la venganza de los impotentes contra los nobles.
Cambian la impotencia en bondad, la bajeza en humildad, la cobardía en paciencia. Dicen que su miseria es una prueba, una bienaventuranza, una elección. Introducen la idea de culpa, pero ellos son inocentes.
La obra maestra es su idea de justicia: ellos son los justos y odian la injusticia. A su esperanza de venganza la llaman victoria del dios justo sobre los ateos. Esperan una justicia de otro mundo en el juicio final.
Nietzsche es un verdadero maestro criticando a la moral. Critica a toda moral como contranaturaleza, que es la tradición cristiana y socrática. Critica la moral platónico-socrática, que va en contra de los instintos de la vida. Critica la idea de un orden moral del mundo.
La moral que niega la vida se justifica en Dios, y esto lo ve Friedrich como un gran paso atrás de la humanidad.
Nietzsche es un vitalista, un hombre que quiere afirmar la vida y aceptarla tal cual es, sin enmascararla, que está dispuesto a experimentar la alegría de vivir la vida. Es esa comprensión de la vida la que le lleva a reflexionar sobre la moral que, frecuentemente, no ha hecho sino enmascarar, degenerar y negar la vida.
Tercer tratado
En el tercer tratado se clarifican sus ideas, para Nietzsche la actitud filosófica hostil a la vida, incrédula de los sentidos es una consecuencia de la precariedad en la que se movían los filósofos, al filósofo sólo se le permitía vivir así para ser aceptado en sociedad. La superación de esta etapa larvaria exige de un espíritu realmente libre, de un redentor, capaz de luchar contra los vicios del nihilismo y del cristianismo.
Para el autor, la ciencia y el espíritu ascético de los sacerdotes confluyen para hacer cada vez al hombre más insignificante, menos singular, menoscabando su dignidad. La ciencia al apartarse de la interpretación de los asuntos humanos y querer ser objetiva renuncia a la realidad del mundo en que vivimos, renuncia a juzgar y a valorar. Esto constituye un ascetismo, una negación del mundo en que vivimos. Así se desprecian las vivencias, la sensualidad y el arte.
La idea de que Dios es la verdad y de que la verdad es divina se remonta a Platón. La ciencia y los sacerdotes con su ascetismo buscando una verdad que no es de este mundo terrenal niegan el mundo real.
El ideal ascético ha sido el mal menor por excelencia. El hombre necesita un sentido, aunque la explicación de este sentido sea falsa esto es mejor que nada. La falta de sentido del sufrimiento es mucho peor que el sufrimiento mismo. El ideal ascético al menos cerraba la puerta al nihilismo suicida. El ideal ascético era una voluntad, una voluntad de afirmar la nada. El hombre prefiere querer la nada a no creer, sin embargo el ideal ascético negaba la vida. Durante demasiado tiempo el hombre ha contemplado sus inclinaciones naturales con malos ojos de manera que éstas se han hermanado con la mala conciencia.
Nietzsche llama voluntad de poder al poder creativo de la vida y sanos a los creadores, a los llenos de poder.
El redentor que propone será un hombre sano, con voluntad de poder, no será un hombre ascético ni un científico que renuncie a la vida y al hombre. El redentor aportará un sentido a la vida que no niegue la felicidad y la belleza en este mundo, que no niegue el cambio ni el devenir.
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